Los Planes de Perfección Divina..
He estado compartiendo con todos vosotros que hay un Currículum Triple para todas las criaturas volitivas evolucionando en la creación hacia la encarnación de la Perfección más plena. Y este Currículum se logra a medida que vosotros abrazáis diariamente el camino, la verdad y la vida.
El Plan de Ascendencia Evolutiva Progresiva de la Casa Escuela de Urantia y de todas las Esferas Planetarias - está centrado en una Asociación Progresiva Universal de la Personalidad, el Logro de la Mente y el Carácter, el Logro de un Nuevo Estatus en la Vestidura del Alma, la Ascendencia de la Persona Multidimensional y el Avance Total de la Civilización Planetaria hacia la Luz y la Vida.
Dentro de este macroplan está vuestro microplan único y el currículum de vida que ocurre durante todas y cada una de vuestras vidas en la Planetary Schoolhouse (Casa Escuela Planetaria).
El Plan del currículo de las vidas individuales para el logro de la graduación como un Candidato de Ciudadanía Cósmica e Inmortalidad.
Esta es la directiva del Padre Madre Universal .. "llegar a ser perfectos, así como YO SOY".
El asombroso plan para perfeccionar a los mortales evolutivos y, después de su logro del Paraíso y del Cuerpo de la Finalidad, proporcionarles entrenamiento adicional para algún trabajo futuro no revelado, parece ser, en la actualidad, una de las principales preocupaciones de los siete superuniversos y sus muchas subdivisiones; pero este esquema de ascensión para espiritualizar y entrenar a los mortales del tiempo y del espacio no es de ninguna manera la ocupación exclusiva de las inteligencias universales. Hay, en efecto, muchas otras actividades fascinantes que ocupan el tiempo y alistan las energías de las huestes celestiales.
El Padre Universal tiene un propósito eterno relativo a los fenómenos materiales, intelectuales y espirituales del universo de los universos, que está ejecutando a través de todos los tiempos. Dios creó los universos por su propia voluntad libre y soberana, y los creó de acuerdo con su propósito omnisapiente y eterno. Es dudoso que alguien, excepto las Deidades del Paraíso y sus asociados más elevados, sepa realmente mucho sobre el propósito eterno de Dios. Incluso los ciudadanos exaltados del Paraíso tienen opiniones muy diversas sobre la naturaleza del propósito eterno de las Deidades.
El Hijo Eterno está en enlace sempiterno con el Padre en la prosecución exitosa del plan divino de progreso: el plan universal para la creación, evolución, ascensión y perfección de las criaturas volitivas. Y, en fidelidad divina, el Hijo es el eterno igual del Padre.
El Padre y su Hijo son como uno solo en la formulación y prosecución de este gigantesco plan de realización para el avance de los seres materiales del tiempo hacia la perfección de la eternidad. Este proyecto para la elevación espiritual de las almas ascendentes del espacio es una creación conjunta del Padre y del Hijo, y están, con la cooperación del Espíritu Infinito, comprometidos en la ejecución asociativa de su propósito divino.
Este plan divino de logro de la perfección abarca tres empresas únicas, aunque maravillosamente correlacionadas, de aventura universal:
1. El Plan de Logro Progresivo.
Éste es el plan del Padre Universal de ascensión evolutiva, un programa aceptado sin reservas por el Hijo Eterno cuando concurrió a la propuesta del Padre: "Hagamos criaturas mortales a nuestra propia imagen". Esta disposición para superar a las criaturas del tiempo implica el otorgamiento por el Padre de los Ajustadores del Pensamiento y la dotación a las criaturas materiales de las prerrogativas de la personalidad.
2. El Plan de Autootorgamiento.
El plan universal subsiguiente es la gran empresa del Hijo Eterno y sus Hijos coordinados de revelar al Padre. Ésta es la propuesta del Hijo Eterno y consiste en su autootorgamiento de los Hijos de Dios a las creaciones evolutivas, para personalizar y factualizar, encarnar y hacer realidad, el amor del Padre y la misericordia del Hijo a las criaturas de todos los universos. Inherente al plan de autootorgamiento, y como característica provisional de esta ministración de amor, los Hijos Paradisiacos actúan como rehabilitadores de aquello que la voluntad equivocada de las criaturas ha puesto en peligro espiritual. Cuando y dondequiera que se produzca un retraso en el funcionamiento del plan de logro, si la rebelión, por casualidad, estropea o complica esta empresa, las disposiciones de emergencia del plan de autootorgamiento se activan inmediatamente. Los Hijos Paradisiacos están comprometidos y listos para funcionar como recuperadores, para entrar en los reinos mismos de la rebelión y restaurar allí el estado espiritual de las esferas. Y tal servicio heroico realizó un Hijo Creador coordinado en Urantia en conexión con su carrera experiencial de autootorgamiento de adquisición de soberanía.
3. El Plan del Ministerio de la Misericordia.
Cuando el plan de logro y el plan de autootorgamiento fueron formulados y proclamados, solo y por sí mismo, el Espíritu Infinito proyectó y puso en funcionamiento la empresa tremenda y universal del ministerio de la misericordia. Este es el servicio tan esencial para el funcionamiento práctico y eficaz de las empresas de consecución y autootorgamiento, y las personalidades espirituales de la Tercera Fuente y Centro participan todas del espíritu del ministerio de la misericordia, que tanto forma parte de la naturaleza de la Tercera Persona de la Deidad. No sólo en la creación sino también en la administración, el Espíritu Infinito funciona verdadera y literalmente como el ejecutivo conjunto del Padre y del Hijo.
El Hijo Eterno es el fideicomisario personal, el custodio divino, del plan universal del Padre de ascensión de la criatura. Habiendo promulgado el mandato universal: "Sed perfectos, como Yo soy perfecto", el Padre confió la ejecución de esta tremenda empresa al Hijo Eterno; y el Hijo Eterno comparte el fomento de esta empresa excelsa con su coordinador divino, el Espíritu Infinito. De este modo, las Deidades cooperan eficazmente en la obra de creación, control, evolución, revelación y administración— y si es necesario, en la restauración y rehabilitación.
El Espíritu de Autootorgamiento
El Hijo Eterno se unió sin reservas al Padre Universal al emitir ese tremendo mandato a toda la creación: "Sed perfectos, así como vuestro Padre en Havona es perfecto". Y desde entonces, esa invitación-mandato ha motivado todos los planes de supervivencia y los proyectos de autootorgamiento del Hijo Eterno y su vasta familia de Hijos coordinados y asociados. Y en estos mismos autootorgamientos los Hijos de Dios se han convertido para todas las criaturas evolutivas en "el camino, la verdad y la vida".
El Hijo Eterno no puede ponerse en contacto directo con los seres humanos como lo hace el Padre mediante el don de los Ajustadores del Pensamiento prepersonales, pero el Hijo Eterno se acerca a las personalidades creadas mediante una serie de gradaciones descendentes de filiación divina hasta que se le permite estar en presencia del hombre y, a veces, como el hombre mismo.
La naturaleza puramente personal del Hijo Eterno es incapaz de fragmentación. El Hijo Eterno ministra como influencia espiritual o como persona, nunca de otra manera. Al Hijo le resulta imposible formar parte de la experiencia de la criatura en el sentido en que el Padre-Ajustador participa en ella, pero el Hijo Eterno compensa esta limitación mediante la técnica del autootorgamiento. Lo que la experiencia de las entidades fragmentadas significa para el Padre Universal, las experiencias de encarnación de los Hijos Paradisiacos significan para el Hijo Eterno.
El Hijo Eterno no viene al hombre mortal como la voluntad divina, el Ajustador del Pensamiento que mora en la mente humana, pero el Hijo Eterno sí vino al hombre mortal en Urantia cuando la personalidad divina de su Hijo, Michael de Nebadon, encarnó en la naturaleza humana de Jesús de Nazaret. Para compartir la experiencia de las personalidades creadas, los Hijos Paradisiacos de Dios deben asumir la naturaleza misma de dichas criaturas y encarnar sus personalidades divinas como las criaturas mismas. La encarnación, el secreto de Sonarington, es la técnica de escape del Hijo de las cadenas del absolutismo de la personalidad, que de otro modo lo abarcarían todo.
Hace mucho, mucho tiempo, el Hijo Eterno se otorgó a sí mismo en cada uno de los circuitos de la creación central para la iluminación y el avance de todos los habitantes y peregrinos de Havona, incluidos los peregrinos ascendentes del tiempo. En ninguno de estos siete autootorgamientos actuó ni como ascendente ni como habitante de Havona. Existía como él mismo. Su experiencia fue única; no fue con o como un humano u otro peregrino, sino de alguna manera asociativa en el sentido superpersonal.
Tampoco atravesó el descanso que media entre el circuito interior de Havona y las orillas del Paraíso. No es posible para él, un ser absoluto, suspender la consciencia de la personalidad, pues en él se centran todas las líneas de gravedad espiritual. Y durante los tiempos de estos autootorgamientos el alojamiento central paradisíaco de luminosidad espiritual no se atenuó, y la captación del Hijo de la gravedad espiritual universal no disminuyó.
Los dones del Hijo Eterno en Havona no están al alcance de la imaginación humana; fueron trascendentales. Se añadieron a la experiencia de toda Havona entonces y posteriormente, pero no sabemos si se añadieron a la supuesta capacidad experiencial de su naturaleza existencial. Eso caería dentro del misterio de autootorgamiento de los Hijos del Paraíso. Creemos, sin embargo, que lo que el Hijo Eterno adquirió en estas misiones de autootorgamiento, lo ha retenido desde entonces; pero no sabemos lo que es.
Cualquiera que sea nuestra dificultad para comprender los autootorgamientos de la Segunda Persona de la Deidad, sí comprendemos el autootorgamiento en Havona de un Hijo del Hijo Eterno, que pasó literalmente a través de los circuitos del universo central y compartió realmente aquellas experiencias que constituyen la preparación de un ascendente para el logro de la Deidad. Éste fue el Micael original, el Hijo Creador primogénito, y pasó a través de las experiencias de vida de los peregrinos ascendentes de circuito en circuito, recorriendo personalmente una etapa de cada círculo con ellos en los días de Grandfanda, el primero de todos los mortales en alcanzar Havona.
Sea lo que fuere lo que este Micael original reveló, hizo real para las criaturas de Havona el autootorgamiento trascendente del Hijo Materno Original. Tan real, que para siempre cada peregrino del tiempo que trabaja en la aventura de hacer los circuitos de Havona se siente animado y fortalecido por el conocimiento cierto de que el Hijo Eterno de Dios abdicó siete veces el poder y la gloria del Paraíso para participar en las experiencias de los peregrinos espacio-temporales en los siete circuitos de logro progresivo de Havona.
El Hijo Eterno es la inspiración ejemplar para todos los Hijos de Dios en sus ministraciones de autootorgamiento a través de los universos del tiempo y del espacio. Los Hijos Creadores coordinados y los Hijos Magisteriales asociados, junto con otras órdenes no reveladas de filiación, participan todos de esta maravillosa voluntad de otorgarse a las diversas órdenes de vida de las criaturas y como las criaturas mismas. Por lo tanto, en espíritu y debido al parentesco de naturaleza así como al hecho de origen, es verdad que en el autootorgamiento de cada Hijo de Dios a los mundos del espacio, en y a través de y por estos autootorgamientos, el Hijo Eterno se ha autootorgado a las criaturas volitivas inteligentes de los universos.
En espíritu y naturaleza, si no en todos los atributos, cada Hijo Paradisiaco es un retrato divinamente perfecto del Hijo Original. Es literalmente cierto que quien ha visto a un Hijo Paradisíaco ha visto al Hijo Eterno de Dios.
Los Hijos Paradisiacos de Dios
La falta de conocimiento de los múltiples Hijos de Dios es una fuente de gran confusión en Urantia. Y esta ignorancia persiste ante declaraciones tales como el registro de un cónclave de estas personalidades divinas: "Cuando los Hijos de Dios proclamaron alegría, y todas las Estrellas de la Mañana cantaron juntas". Cada milenio del tiempo estándar del sector, las diversas órdenes de los Hijos divinos se reúnen para sus cónclaves periódicos.
El Hijo Eterno es la fuente personal de los adorables atributos de misericordia y servicio que tan abundantemente caracterizan a todas las órdenes de los Hijos de Dios descendentes, tal como actúan en toda la creación. Toda la naturaleza divina, si no toda la infinidad de atributos, el Hijo Eterno la transmite infaliblemente a los Hijos Paradisiacos que salen de la Isla eterna para revelar su carácter divino al universo de los universos.
El Hijo Original y Eterno es el vástago-persona del "primer" pensamiento completo e infinito del Padre Universal. Cada vez que el Padre Universal y el Hijo Eterno proyectan conjuntamente un pensamiento personal nuevo, original, idéntico, único y absoluto, en ese mismo instante esta idea creadora se personaliza perfecta y finalmente en el ser y la personalidad de un nuevo y original Hijo Creador. En naturaleza espiritual, sabiduría divina y poder creador coordinado, estos Hijos Creadores son potencialmente iguales a Dios el Padre y Dios el Hijo.
Los Hijos Creadores salen del Paraíso hacia los universos del tiempo y, con la cooperación de las agencias controladoras y creadoras de la Tercera Fuente y Centro, completan la organización de los universos locales de evolución progresiva. Estos Hijos no están vinculados a los controles centrales y universales de la materia, la mente y el espíritu, ni se ocupan de ellos. Por lo tanto, están limitados en sus actos creadores por la preexistencia, prioridad y primacía de la Primera Fuente y Centro y sus Absolutos coordinados. Estos Hijos sólo pueden administrar aquello que traen a la existencia. La administración absoluta es inherente a la prioridad de la existencia e inseparable de la eternidad de la presencia. El Padre sigue siendo primordial en los universos.
Así como los Hijos Creadores son personalizados por el Padre y el Hijo, los Hijos Magisteriales son personalizados por el Hijo y el Espíritu. Estos son los Hijos que, en las experiencias de la encarnación de la criatura, se ganan el derecho a servir como jueces de la supervivencia en las creaciones del tiempo y del espacio.
El Padre, el Hijo y el Espíritu también se unen para personalizar a los versátiles Hijos Maestros Trinitarios, que recorren el gran universo como maestros supremos de todas las personalidades, humanas y divinas. Y existen otras numerosas órdenes de filiación paradisíaca que no han llamado la atención de los mortales de Urantia.
Entre el Hijo Materno Original y estas huestes de Hijos Paradisiacos esparcidos por toda la creación, existe un canal directo y exclusivo de comunicación, un canal cuya función es inherente a la cualidad de parentesco espiritual que los une en lazos de asociación espiritual casi absoluta. Este circuito entre parentescos es totalmente diferente del circuito universal de gravedad espiritual, que también se centra en la persona de la Segunda Fuente y Centro. Todos los Hijos de Dios que se originan en las personas de las Deidades del Paraíso están en comunicación directa y constante con el Hijo Eterno Madre. Y tal comunicación es instantánea; es independiente del tiempo aunque a veces esté condicionada por el espacio.
El Hijo Eterno no sólo tiene en todo momento un conocimiento perfecto sobre el estado, los pensamientos y las múltiples actividades de todas las órdenes de filiación del Paraíso, sino que también tiene en todo momento un conocimiento perfecto sobre todo lo que existe de valor espiritual en los corazones de todas las criaturas en la creación central primaria de la eternidad y en las creaciones temporales secundarias de los Hijos Creadores coordinados.
La Revelación Suprema del Padre
El Hijo Eterno es una revelación completa, exclusiva, universal y final del espíritu y la personalidad del Padre Universal. Todo conocimiento e información sobre el Padre debe provenir del Hijo Eterno y de sus Hijos Paradisiacos. El Hijo Eterno es desde la eternidad y es totalmente y sin calificación espiritual uno con el Padre. En personalidad divina son coordinados; en naturaleza espiritual son iguales; en divinidad son idénticos.
El carácter de Dios no podría mejorarse intrínsecamente en la persona del Hijo, pues el Padre divino es infinitamente perfecto, pero ese carácter y personalidad se amplifican, por despojo de lo no personal y no espiritual, para la revelación a los seres criaturas. La Primera Fuente y Centro es mucho más que una personalidad, pero todas las cualidades espirituales de la personalidad paterna de la Primera Fuente y Centro están espiritualmente presentes en la personalidad absoluta del Hijo Eterno.
El Hijo primigenio y sus Hijos se dedican a hacer una revelación universal de la naturaleza espiritual y personal del Padre a toda la creación. En el universo central, en los superuniversos, en los universos locales o en los planetas habitados, es un Hijo Paradisíaco quien revela al Padre Universal a los hombres y a los ángeles. El Hijo Eterno y sus Hijos revelan la vía de acercamiento de las criaturas al Padre Universal. E incluso nosotros, de origen elevado, comprendemos al Padre mucho más plenamente a medida que estudiamos la revelación de su carácter y personalidad en el Hijo Eterno y en los Hijos del Hijo Eterno.
7:7.4 (89.3) El Padre desciende a vosotros como personalidad sólo a través de los Hijos divinos del Hijo Eterno. Y alcanzáis al Padre por este mismo camino viviente; ascendéis al Padre por la guía de este grupo de Hijos divinos. Y esto sigue siendo cierto a pesar de que vuestra misma personalidad es un otorgamiento directo del Padre Universal.
En todas estas actividades generalizadas de la lejana administración espiritual del Hijo Eterno, no olvidéis que el Hijo es una persona tan verdadera y realmente como el Padre es una persona. De hecho, para los seres del orden humano de una sola vez, el Hijo Eterno será más fácil de abordar que el Padre Universal. En el progreso de los peregrinos del tiempo a través de los circuitos de Havona, serán competentes para alcanzar al Hijo mucho antes de estar preparados para discernir al Padre.
Más del carácter y de la naturaleza misericordiosa del Hijo Eterno de misericordia debéis comprender al meditar en la revelación de estos atributos divinos que fue hecha en servicio amoroso por vuestro propio Hijo Creador, una vez Hijo del Hombre en la tierra, ahora el soberano exaltado de vuestro universo local—el Hijo del Hombre y el Hijo de Dios.
[Indicado por un Consejero Divino asignado para formular esta declaración que representa al Hijo Eterno del Paraíso].
Michael Of Nebadon
The Planetary Urantia
The Divine Perfection Plans..
I have been sharing with you all that there is a Threefold Curriculum for all will creatures evolutionizing in creation towards embodying the fuller Perfection. And this Curriculum is achieved as you daily embrace the way, truth, and life.
The Plan of Progressive Evolutionary Ascendancy of the Schoolhouse of Urantia and all Planetary Spheres - it is centered upon a Universal Progressive Personality Association, Mind and Character Achievement, Soul Vesture Attainment of a New Status, Multidimensional Personhood Ascendancy, and Total Planetary Civilization Advancement into Light and Life.
Within this macroplan is your unique microplan and lifetime curriculum occurring during any and all of your lifetimes in the Planetary Schoolhouse.
The Plan of the individual lifetimes curriculum for accomplishment of graduation as a Candidate of Cosmic Citizenship and Immortality.
This is the directive of the Universal Father Mother .. "to become perfect, even as I AM."
The amazing plan for perfecting evolutionary mortals and, after their attainment of Paradise and the Corps of the Finality, providing further training for some undisclosed future work, does seem to be, at present, one of the chief concerns of the seven superuniverses and their many subdivisions; but this ascension scheme for spiritualizing and training the mortals of time and space is by no means the exclusive occupation of the universe intelligences. There are, indeed, many other fascinating pursuits which occupy the time and enlist the energies of the celestial hosts.
The Universal Father has an eternal purpose pertaining to the material, intellectual, and spiritual phenomena of the universe of universes, which he is executing throughout all time. God created the universes of his own free and sovereign will, and he created them in accordance with his all-wise and eternal purpose. It is doubtful whether anyone except the Paradise Deities and their highest associates really knows very much about the eternal purpose of God. Even the exalted citizens of Paradise hold very diverse opinions about the nature of the eternal purpose of the Deities.
The Eternal Son is in everlasting liaison with the Father in the successful prosecution of the divine plan of progress: the universal plan for the creation, evolution, ascension, and perfection of will creatures. And, in divine faithfulness, the Son is the eternal equal of the Father.
The Father and his Son are as one in the formulation and prosecution of this gigantic attainment plan for advancing the material beings of time to the perfection of eternity. This project for the spiritual elevation of the ascendant souls of space is a joint creation of the Father and the Son, and they are, with the co-operation of the Infinite Spirit, engaged in associative execution of their divine purpose.
This divine plan of perfection attainment embraces three unique, though marvelously correlated, enterprises of universal adventure:
1. The Plan of Progressive Attainment.
This is the Universal Father’s plan of evolutionary ascension, a program unreservedly accepted by the Eternal Son when he concurred in the Father’s proposal, “Let us make mortal creatures in our own image.” This provision for upstepping the creatures of time involves the Father’s bestowal of the Thought Adjusters and the endowing of material creatures with the prerogatives of personality.
2. The Bestowal Plan.
The next universal plan is the great Father-revelation enterprise of the Eternal Son and his co-ordinate Sons. This is the proposal of the Eternal Son and consists of his bestowal of the Sons of God upon the evolutionary creations, there to personalize and factualize, to incarnate and make real, the love of the Father and the mercy of the Son to the creatures of all universes. Inherent in the bestowal plan, and as a provisional feature of this ministration of love, the Paradise Sons act as rehabilitators of that which misguided creature will has placed in spiritual jeopardy. Whenever and wherever there occurs a delay in the functioning of the attainment plan, if rebellion, perchance, should mar or complicate this enterprise, then do the emergency provisions of the bestowal plan become active forthwith. The Paradise Sons stand pledged and ready to function as retrievers, to go into the very realms of rebellion and there restore the spiritual status of the spheres. And such a heroic service a co-ordinate Creator Son did perform on Urantia in connection with his experiential bestowal career of sovereignty acquirement.
3. The Plan of Mercy Ministry.
When the attainment plan and the bestowal plan had been formulated and proclaimed, alone and of himself, the Infinite Spirit projected and put in operation the tremendous and universal enterprise of mercy ministry. This is the service so essential to the practical and effective operation of both the attainment and the bestowal undertakings, and the spiritual personalities of the Third Source and Center all partake of the spirit of mercy ministry which is so much a part of the nature of the Third Person of Deity. Not only in creation but also in administration, the Infinite Spirit functions truly and literally as the conjoint executive of the Father and the Son.
The Eternal Son is the personal trustee, the divine custodian, of the Father’s universal plan of creature ascension. Having promulgated the universal mandate, “Be you perfect, even as I am perfect,” the Father intrusted the execution of this tremendous undertaking to the Eternal Son; and the Eternal Son shares the fostering of this supernal enterprise with his divine co-ordinate, the Infinite Spirit. Thus do the Deities effectively co-operate in the work of creation, control, evolution, revelation, and ministration—and if required, in restoration and rehabilitation.
The Spirit of Bestowal
The Eternal Son without reservation joined with the Universal Father in broadcasting that tremendous injunction to all creation: “Be you perfect, even as your Father in Havona is perfect.” And ever since, that invitation-command has motivated all the survival plans and the bestowal projects of the Eternal Son and his vast family of co-ordinate and associated Sons. And in these very bestowals the Sons of God have become to all evolutionary creatures “the way, the truth, and the life.”
The Eternal Son cannot contact directly with human beings as does the Father through the gift of the prepersonal Thought Adjusters, but the Eternal Son does draw near to created personalities by a series of downstepping gradations of divine sonship until he is enabled to stand in man’s presence and, at times, as man himself.
The purely personal nature of the Eternal Son is incapable of fragmentation. The Eternal Son ministers as a spiritual influence or as a person, never otherwise. The Son finds it impossible to become a part of creature experience in the sense that the Father-Adjuster participates therein, but the Eternal Son compensates this limitation by the technique of bestowal. What the experience of fragmented entities means to the Universal Father, the incarnation experiences of the Paradise Sons mean to the Eternal Son.
The Eternal Son comes not to mortal man as the divine will, the Thought Adjuster indwelling the human mind, but the Eternal Son did come to mortal man on Urantia when the divine personality of his Son, Michael of Nebadon, incarnated in the human nature of Jesus of Nazareth. To share the experience of created personalities, the Paradise Sons of God must assume the very natures of such creatures and incarnate their divine personalities as the actual creatures themselves. Incarnation, the secret of Sonarington, is the technique of the Son’s escape from the otherwise all-encompassing fetters of personality absolutism.
Long, long ago the Eternal Son bestowed himself upon each of the circuits of the central creation for the enlightenment and advancement of all the inhabitants and pilgrims of Havona, including the ascending pilgrims of time. On none of these seven bestowals did he function as either an ascender or a Havoner. He existed as himself. His experience was unique; it was not with or as a human or other pilgrim but in some way associative in the superpersonal sense.
Neither did he pass through the rest that intervenes between the inner Havona circuit and the shores of Paradise. It is not possible for him, an absolute being, to suspend consciousness of personality, for in him center all lines of spiritual gravity. And during the times of these bestowals the central Paradise lodgment of spiritual luminosity was undimmed, and the Son’s grasp of universal spirit gravity was undiminished.
The bestowals of the Eternal Son in Havona are not within the scope of human imagination; they were transcendental. He added to the experience of all Havona then and subsequently, but we do not know whether he added to the supposed experiential capacity of his existential nature. That would fall within the bestowal mystery of the Paradise Sons. We do, however, believe that whatever the Eternal Son acquired on these bestowal missions, he has ever since retained; but we do not know what it is.
Whatever our difficulty in comprehending the bestowals of the Second Person of Deity, we do comprehend the Havona bestowal of a Son of the Eternal Son, who literally passed through the circuits of the central universe and actually shared those experiences which constitute an ascender’s preparation for Deity attainment. This was the original Michael, the first-born Creator Son, and he passed through the life experiences of the ascending pilgrims from circuit to circuit, personally journeying a stage of each circle with them in the days of Grandfanda, the first of all mortals to attain Havona.
Whatever else this original Michael revealed, he made the transcendent bestowal of the Original Mother Son real to the creatures of Havona. So real, that forevermore each pilgrim of time who labors in the adventure of making the Havona circuits is cheered and strengthened by the certain knowledge that the Eternal Son of God seven times abdicated the power and glory of Paradise to participate in the experiences of the time-space pilgrims on the seven circuits of progressive Havona attainment.
The Eternal Son is the exemplary inspiration for all the Sons of God in their ministrations of bestowal throughout the universes of time and space. The co-ordinate Creator Sons and the associate Magisterial Sons, together with other unrevealed orders of sonship, all partake of this wonderful willingness to bestow themselves upon the varied orders of creature life and as the creatures themselves. Therefore, in spirit and because of kinship of nature as well as fact of origin, it becomes true that in the bestowal of each Son of God upon the worlds of space, in and through and by these bestowals, the Eternal Son has bestowed himself upon the intelligent will creatures of the universes.
In spirit and nature, if not in all attributes, each Paradise Son is a divinely perfect portraiture of the Original Son. It is literally true, whosoever has seen a Paradise Son has seen the Eternal Son of God.
The Paradise Sons of God
The lack of a knowledge of the multiple Sons of God is a source of great confusion on Urantia. And this ignorance persists in the face of such statements as the record of a conclave of these divine personalities: “When the Sons of God proclaimed joy, and all of the Morning Stars sang together.” Every millennium of sector standard time the various orders of the divine Sons forgather for their periodic conclaves.
The Eternal Son is the personal source of the adorable attributes of mercy and service which so abundantly characterize all orders of the descending Sons of God as they function throughout creation. All the divine nature, if not all the infinity of attributes, the Eternal Son unfailingly transmits to the Paradise Sons who go out from the eternal Isle to reveal his divine character to the universe of universes.
The Original and Eternal Son is the offspring-person of the “first” completed and infinite thought of the Universal Father. Every time the Universal Father and the Eternal Son jointly project a new, original, identical, unique, and absolute personal thought, that very instant this creative idea is perfectly and finally personalized in the being and personality of a new and original Creator Son. In spirit nature, divine wisdom, and co-ordinate creative power, these Creator Sons are potentially equal with God the Father and God the Son.
The Creator Sons go out from Paradise into the universes of time and, with the co-operation of the controlling and creative agencies of the Third Source and Center, complete the organization of the local universes of progressive evolution. These Sons are not attached to, nor are they concerned with, the central and universal controls of matter, mind, and spirit. Hence are they limited in their creative acts by the pre-existence, priority, and primacy of the First Source and Center and his co-ordinate Absolutes. These Sons are able to administer only that which they bring into existence. Absolute administration is inherent in priority of existence and is inseparable from eternity of presence. The Father remains primal in the universes.
Much as the Creator Sons are personalized by the Father and the Son, so are the Magisterial Sons personalized by the Son and the Spirit. These are the Sons who, in the experiences of creature incarnation, earn the right to serve as the judges of survival in the creations of time and space.
The Father, Son, and Spirit also unite to personalize the versatile Trinity Teacher Sons, who range the grand universe as the supernal teachers of all personalities, human and divine. And there are numerous other orders of Paradise sonship that have not been brought to the attention of Urantia mortals.
Between the Original Mother Son and these hosts of Paradise Sons scattered throughout all creation, there is a direct and exclusive channel of communication, a channel whose function is inherent in the quality of spiritual kinship which unites them in bonds of near-absolute spiritual association. This intersonship circuit is entirely different from the universal circuit of spirit gravity, which also centers in the person of the Second Source and Center. All Sons of God who take origin in the persons of the Paradise Deities are in direct and constant communication with the Eternal Mother Son. And such communication is instantaneous; it is independent of time though sometimes conditioned by space.
The Eternal Son not only has at all times perfect knowledge concerning the status, thoughts, and manifold activities of all orders of Paradise sonship, but he also has perfection of knowledge at all times regarding everything of spiritual value which exists in the hearts of all creatures in the primary central creation of eternity and in the secondary time creations of the co-ordinate Creator Sons.
The Supreme Revelation of the Father
The Eternal Son is a complete, exclusive, universal, and final revelation of the spirit and the personality of the Universal Father. All knowledge of, and information concerning, the Father must come from the Eternal Son and his Paradise Sons. The Eternal Son is from eternity and is wholly and without spiritual qualification one with the Father. In divine personality they are co-ordinate; in spiritual nature they are equal; in divinity they are identical.
The character of God could not possibly be intrinsically improved upon in the person of the Son, for the divine Father is infinitely perfect, but that character and personality are amplified, by divestment of the nonpersonal and nonspiritual, for revelation to creature beings. The First Source and Center is much more than a personality, but all of the spirit qualities of the father personality of the First Source and Center are spiritually present in the absolute personality of the Eternal Son.
The primal Son and his Sons are engaged in making a universal revelation of the spiritual and personal nature of the Father to all creation. In the central universe, the superuniverses, the local universes, or on the inhabited planets, it is a Paradise Son who reveals the Universal Father to men and angels. The Eternal Son and his Sons reveal the avenue of creature approach to the Universal Father. And even we of high origin understand the Father much more fully as we study the revelation of his character and personality in the Eternal Son and in the Sons of the Eternal Son.
7:7.4 (89.3) The Father comes down to you as a personality only through the divine Sons of the Eternal Son. And you attain the Father by this same living way; you ascend to the Father by the guidance of this group of divine Sons. And this remains true notwithstanding that your very personality is a direct bestowal of the Universal Father.
In all these widespread activities of the far-flung spiritual administration of the Eternal Son, do not forget that the Son is a person just as truly and actually as the Father is a person. Indeed, to beings of the onetime human order the Eternal Son will be more easy to approach than the Universal Father. In the progress of the pilgrims of time through the circuits of Havona, you will be competent to attain the Son long before you are prepared to discern the Father.
More of the character and merciful nature of the Eternal Son of mercy you should comprehend as you meditate on the revelation of these divine attributes which was made in loving service by your own Creator Son, onetime Son of Man on earth, now the exalted sovereign of your local universe—the Son of Man and the Son of God.
[Indited by a Divine Counselor assigned to formulate this statement depicting the Eternal Son of Paradise.]
Michael Of Nebadon
The Planetary Urantia